En Chile, la seguridad dejó de ser un tema exclusivo de delitos graves o estadísticas policiales. Hoy, una de las mayores brechas está dentro de los propios edificios, condominios y oficinas: el control de acceso.
Mientras algunas comunas ya avanzaron hacia sistemas digitales, otras siguen operando con cuadernos, portería manual, radios saturadas, registros a mano y accesos abiertos durante gran parte del día.
Ese rezago no solo provoca desorden: abre la puerta a robos internos, ingresos no autorizados y pérdida total de trazabilidad.

En 2025, esta desigualdad entre comunas crea un mapa claro de riesgo operativo, especialmente para edificios con alta rotación de residentes, visitantes y proveedores.
Comunas donde predomina la portería manual: puntos ciegos en pleno 2025
Aunque la Región Metropolitana concentra la mayor densidad de edificios, no todas las comunas avanzaron al mismo ritmo en tecnología. En varias zonas urbanas —y sobre todo en comunas de crecimiento acelerado— todavía se observa:
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Ingreso de visitas anotado en papel
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Códigos genéricos compartidos entre residentes
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Portones abiertos en horarios de alto flujo
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Conserjes sin herramientas digitales ni sistemas de validación
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Ausencia de cámaras en accesos peatonales o vehiculares
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Portería improvisada con radios, WhatsApp o llamados manuales
Estas prácticas siguen siendo comunes en comunas como:
Estación Central, Independencia, Recoleta, Santiago Centro, San Joaquín, San Bernardo, Renca y sectores de Maipú.
La razón es simple: crecimiento explosivo, edificios antiguos, poca inversión inicial y una administración que quedó atrapada en tecnologías del pasado.
El resultado también es simple: ningún registro confiable de quién entra o sale.
Cómo los accesos abiertos facilitan robos internos y movimientos no autorizados
La mayoría de los delitos dentro de comunidades no se producen con violencia externa, sino con algo más sutil: alguien que entró cuando nadie lo controló.
La falta de control eficiente genera:
Robos internos
Bicicleteros, bodegas, estacionamientos y lockers son los blancos más frecuentes.
El delincuente no necesita forzar el acceso: simplemente entra.
Pérdida de encomiendas
En comunas con alta rotación de deliveries, la portería manual hace imposible validar identidades o verificar entregas.
Ingreso de desconocidos
Personas ajenas al edificio se camuflan entre residentes o “colados” detrás de un acceso abierto.
Saturación en horas punta
La portería manual no da abasto para validar visitantes, proveedores o empleados.
Falta total de trazabilidad
Ante un incidente, la administración no tiene registro digital ni evidencia para investigar.
En condominios donde aún se usa cuaderno o papel, cualquier persona que ingrese al edificio queda literalmente fuera del sistema.
Por qué estas comunas son más vulnerables a delitos internos
No es casualidad que las comunas con menos control de acceso presenten mayores problemas de seguridad interna.
Tres factores explican esta tendencia:
a) Alta densidad y población flotante
Comunas como Estación Central o Santiago Centro tienen miles de residentes por edificio y un flujo constante de repartidores, proveedores, técnicos, visitas y trabajadores.
Sin tecnología, la portería se vuelve incontrolable.
b) Edificios antiguos o de bajo costo
Muchos fueron construidos sin sistemas modernos, con un diseño pensado para costos bajos, no para seguridad.
c) Administraciones sobrecargadas
Los administradores en estas comunas enfrentan edificios masivos, reclamos constantes y poco presupuesto.
La solución rápida fue mantener lo manual, aunque lo manual ya no alcanza.
El problema es que 2025 no se administra con herramientas de 2005.
El impacto real: la falta de control de acceso cuesta caro
La seguridad deficiente en accesos afecta a las comunidades de forma directa:
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Aumenta los robos en bodegas y estacionamientos.
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Incrementa reclamos por encomiendas perdidas.
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Provoca discusiones entre vecinos y administración.
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Dificulta cualquier investigación posterior.
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Aumenta costos en daños y reposiciones.
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Provoca un ambiente constante de inseguridad.
Lo que parecía un “detalle” (anotar en un cuaderno) termina siendo el detonante de caos interno y conflictos vecinales.
Cómo Federal Access cambia el mapa de riesgo de estas comunas
Aquí es donde la tecnología realmente marca la diferencia.
Federal Access moderniza edificios en comunas rezagadas mediante sistemas que eliminan portería manual y transforman el acceso en un proceso digital, trazable y seguro.
Las soluciones incluyen:
Acceso con QR y pre-registro digital
Residentes autorizan visitas desde el celular, evitando filas y errores.
Control de acceso con validación automática
Lectores que verifican identidad en segundos.
Registro digital centralizado
Cada ingreso queda registrado en la plataforma.
Historia de accesos y auditoría
Permite investigar con evidencia y no con suposiciones.
Integración con cámaras y sensores
La apertura queda asociada a una imagen real.
Torniquetes y barreras inteligentes
Evitan el ingreso colado y aseguran flujo controlado.
Panel administrativo en tiempo real
La administración ve quién entró, cuándo y por qué.
En comunas donde la portería manual quedó obsoleta, Federal Access ofrece el salto que los edificios necesitan para volver a tener control real.
2025: el año en que el control de acceso dejó de ser opcional
La delincuencia en Chile cambió.
La convivencia en edificios también.
Y las comunas con menos inversión en accesos lo están pagando más caro que nunca.
El control de acceso ya no es un lujo: es la primera capa de seguridad interna.
Y en zonas donde la portería manual es la norma, la tecnología deja de ser una alternativa y se convierte en una necesidad inmediata.
Las comunidades que se modernizan con Federal Access ganan algo que parecía perdido:
orden, trazabilidad y seguridad real en cada entrada del edificio.