Son las seis de la mañana en Quilicura y los primeros camiones comienzan a alinearse frente a los portones de un parque industrial. Conductores esperan su turno para entrar, trabajadores de distintas empresas llegan a pie o en furgones, y en las casetas de ingreso los guardias revisan documentos, cargamentos y credenciales. Lo que parece un proceso rutinario es, en realidad, una de las operaciones más críticas para estas instalaciones: el control de acceso, pieza fundamental para proteger activos millonarios y garantizar que la producción nunca se detenga.
El valor estratégico de Quilicura
La comuna se ha consolidado como uno de los principales polos industriales de la Región Metropolitana. Alberga centros logísticos, bodegas de retail, plantas de producción y espacios de almacenamiento de insumos. Esto significa un flujo constante de vehículos y personas, y con ello, una alta exposición a riesgos como robos, intrusiones o sabotajes.
En este contexto, el control de acceso no solo cumple una función de vigilancia, sino que se convierte en un mecanismo que permite que toda la cadena operativa fluya con orden y seguridad. “Aquí no basta con abrir y cerrar portones; cada ingreso es una decisión que puede impactar en toda la logística”, comenta ficticiamente Jorge, jefe de seguridad de un centro logístico en Quilicura.
Control de acceso: Punto crítico en el día a día
La experiencia de las empresas instaladas en la zona revela varios puntos vulnerables:
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Ingreso de camiones con cargamentos de alto valor, que requieren trazabilidad y validación de guías.
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Accesos peatonales de cientos de trabajadores en horarios punta.
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Visitas externas y proveedores, que muchas veces circulan sin familiaridad con las normas de seguridad.
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Perímetros amplios y expuestos, difíciles de supervisar sin apoyo tecnológico.
Cada uno de estos sectores de riesgo exige protocolos específicos que solo pueden funcionar si están respaldados por sistemas de control y personal capacitado.
Estrategias de prevención desde la gestión industrial
Las empresas de Quilicura han entendido que la seguridad es una inversión y no un gasto. Por eso, han fortalecido sus protocolos con medidas conjuntas:
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Implementación de acreditaciones digitales para empleados y proveedores.
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Uso de lectores de patentes que agilizan y validan el ingreso de camiones.
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Coordinación con guardias de seguridad especializados en entornos industriales.
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Supervisión con cámaras de videovigilancia conectadas a centros de monitoreo.
“Una falla en el ingreso puede atrasar toda la cadena de distribución, y en logística cada minuto cuenta”, señala ficticiamente María Fernanda, gerente de operaciones de una empresa de transporte.
Tecnología como aliado de la logística
Los parques industriales de Quilicura han comenzado a incorporar herramientas más avanzadas, como torniquetes electrónicos, sistemas biométricos y aplicaciones móviles que registran entradas en tiempo real. Esto no solo mejora la seguridad, también optimiza la trazabilidad, entregando datos valiosos para la gestión de inventarios y movimientos.
En un escenario donde cada producto tiene un destino planificado, contar con un sistema que monitoree quién entra, cuándo y por qué, es un escudo contra errores humanos y un filtro frente a delitos organizados.
Una tarea compartida
La seguridad en los parques industriales no depende únicamente de los guardias o de la tecnología. Es el resultado de la coordinación entre empresas, administradores y trabajadores. Cada actor tiene una responsabilidad en seguir protocolos, respetar normas y reportar irregularidades.
Conclusión
En los parques industriales de Quilicura, el control de acceso es más que una medida preventiva: es la columna vertebral que sostiene la seguridad de las operaciones y la confianza de las empresas. Desde la entrada de un camión hasta el registro de un visitante, cada paso controlado contribuye a que la cadena logística funcione sin interrupciones y que los activos estén protegidos.
Porque en una comuna donde la actividad industrial nunca se detiene, garantizar accesos seguros es sinónimo de resguardar la continuidad de un motor económico clave para todo el país.