Son las seis de la tarde de un viernes en el mall Plaza Egaña. Las escaleras mecánicas van y vienen cargadas de gente; los estacionamientos están al límite y las filas en los supermercados comienzan a crecer. En ese escenario, donde el flujo de personas puede duplicarse en cuestión de minutos, cada segundo cuenta.
En el corazón de la operación, una sala de monitoreo controla más de 150 puntos de acceso: puertas, ascensores, áreas de carga y salidas de emergencia. No se trata solo de observar, sino de gestionar. La tecnología, los protocolos y la coordinación entre equipos humanos se unen para garantizar que miles de personas circulen de forma segura y ordenada.
El control de acceso se ha convertido en uno de los pilares del retail moderno chileno. Ya no es solo una cuestión de cerrar o abrir puertas, sino de administrar flujos, optimizar recursos y mantener la confianza del cliente.
1. El retail chileno ante el nuevo paradigma de seguridad
Durante los últimos años, el comercio minorista ha enfrentado desafíos crecientes: desde el aumento de delitos como los “turbazos” y los robos coordinados, hasta la necesidad de ofrecer experiencias seguras y fluidas en grandes volúmenes de tránsito.
De acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), los incidentes de seguridad en tiendas físicas aumentaron un 22% entre 2022 y 2024, especialmente durante horarios de alta afluencia.
Esto llevó a que supermercados, malls y grandes tiendas comenzaran a invertir en sistemas de control de acceso inteligentes, capaces de gestionar de forma simultánea seguridad, eficiencia y experiencia de usuario.
“Antes se pensaba que la seguridad frenaba las ventas, ahora sabemos que las impulsa”, comenta Francisca Torres, gerenta de operaciones de un reconocido centro comercial en Santiago.
“Un cliente que se siente seguro, que puede entrar y salir sin confusiones, es un cliente que vuelve.”
La transformación tecnológica del retail chileno ya no es una opción, es una necesidad competitiva.
2. Tecnología al servicio de la experiencia del cliente
En un entorno donde cada visitante cuenta, los sistemas de control de acceso funcionan como una red invisible que organiza el movimiento de miles de personas sin que estas lo noten.
Puertas automáticas, sensores de conteo, validación de entradas digitales, torniquetes inteligentes y software de monitoreo trabajan en conjunto para mantener el equilibrio entre comodidad y seguridad.
En el Costanera Center, por ejemplo, los accesos se gestionan de manera centralizada. Cada ingreso se sincroniza con datos en tiempo real, lo que permite redirigir flujos si alguna zona se congestiona o si se detecta un acceso no autorizado.
“Todo se automatiza sin perder el factor humano. Hay personal en terreno que actúa de inmediato si algo se sale del patrón habitual”, explica Rodrigo Arancibia, supervisor de seguridad del recinto.
El equilibrio entre tecnología y cercanía se ha convertido en el nuevo estándar.
De hecho, el blog Controles de acceso corporativos en Chile: la nueva frontera de la seguridad empresarial plantea que la clave está en combinar automatización con criterio humano, creando sistemas donde las máquinas gestionan y las personas deciden.
3. Supermercados inteligentes: seguridad sin fricción
Los supermercados fueron los primeros en adoptar tecnologías que combinan control, eficiencia y análisis de comportamiento.
Hoy, cadenas como Jumbo, Líder o Unimarc integran cámaras con analítica, detectores de metales y torniquetes con sensores de conteo.
El objetivo no es solo prevenir robos, sino también ordenar la experiencia del cliente.
Cuando los flujos están bien gestionados, las filas se reducen, los accesos se mantienen despejados y el ambiente se vuelve más confortable.
“Tenemos un sistema que detecta cuándo un pasillo se satura. Automáticamente se reubican los guardias y se abre otro punto de salida”, explica María Jesús Rojas, jefa de seguridad de una sucursal en Ñuñoa.
“Eso reduce los roces entre clientes y mejora la sensación de control.”
Además, el uso de apps internas permite coordinar a cajeros, reponedores y personal de seguridad en tiempo real.
Si un incidente ocurre —como un intento de hurto o una emergencia médica— el sistema activa una alerta prioritaria en toda la red.
Es una seguridad dinámica, adaptativa y cada vez más basada en datos.
4. Centros comerciales: donde el control de acceso se convierte en hospitalidad
En los malls, la frontera entre seguridad y atención al cliente es más difusa.
El visitante no percibe el control de acceso como una barrera, sino como parte de su experiencia.
“Queremos que la gente sienta que entra a un lugar seguro, pero no vigilado”, comenta Patricio Muñoz, encargado de seguridad en Mall Arauco Maipú.
“Por eso, el control se hace con tecnología discreta: sensores invisibles, cámaras con reconocimiento de movimiento, validadores de estacionamiento y monitoreo de accesos de servicio.”
En los días de mayor afluencia, el trabajo se vuelve quirúrgico.
Los sistemas deben identificar patrones de ingreso, coordinar puertas y mantener la trazabilidad de emergencias.
“Cada vez que se abre una puerta de emergencia sin autorización, el sistema nos lo notifica de inmediato. Y en minutos podemos verificar si fue una salida accidental o una posible amenaza”, agrega Muñoz.
Esa rapidez evita pérdidas, accidentes y desórdenes, sin alterar la experiencia del visitante.
5. Gestión de multitudes: el control como prevención
Durante eventos especiales —como Navidad, Cyberday o promociones masivas—, los malls y supermercados enfrentan un desafío mayor: la gestión de multitudes.
El flujo puede aumentar hasta un 180% respecto a un día normal, según un estudio del Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio del Interior (2023).
Aquí, el control de acceso cumple un rol vital.
Los sistemas no solo contabilizan entradas, sino que detectan densidades, predicen congestiones y permiten redirigir personas hacia zonas menos saturadas.
“Durante las campañas navideñas, usamos sensores térmicos que nos avisan si una zona supera la capacidad permitida”, comenta Alejandra Navarro, administradora de mall en La Florida.
“Eso nos permite abrir accesos adicionales o restringir temporalmente el flujo.”
El enfoque no es prohibitivo, sino preventivo.
Una buena gestión de accesos protege tanto la seguridad física como la reputación del espacio comercial.
6. El rol del personal de seguridad: tecnología con criterio
A pesar del auge de la automatización, el factor humano sigue siendo irremplazable.
Los operadores, guardias y supervisores son quienes interpretan la información, comunican alertas y gestionan las emociones del público.
“Un torniquete no tranquiliza a una persona en pánico. Eso lo hace el guardia que sabe hablar con calma”, afirma Eduardo Lagos, coordinador de seguridad en un supermercado de Peñalolén.
La integración entre personas y sistemas tecnológicos requiere capacitación constante.
Los equipos de terreno deben entender los indicadores de las plataformas, pero también reconocer cuándo actuar por intuición.
Así, el control de acceso se transforma en un lenguaje compartido entre humanos y máquinas, donde la empatía es parte del protocolo.
7. La importancia de la trazabilidad y el cumplimiento normativo
Más allá del control operativo, las empresas del retail deben cumplir estándares legales.
La Ley 19.303 sobre Seguridad Privada y los reglamentos de Carabineros (OS10) establecen que todo sistema de seguridad debe mantener registros trazables de eventos y accesos.
Esto implica auditorías, registro de mantenciones y respaldo digital de incidentes.
“En caso de robo o accidente, los datos del sistema son evidencia válida para fiscalización o seguros”, explica Sofía Herrera, abogada especialista en derecho comercial.
La trazabilidad, antes vista como un trámite, se ha convertido en un activo estratégico.
Las cadenas que registran correctamente sus accesos pueden identificar patrones de riesgo, justificar decisiones operativas y optimizar recursos.
8. Innovación en terreno: ejemplos de éxito en Chile
8.1 Retail con accesos inteligentes en regiones
En Antofagasta, un centro comercial implementó un sistema de validación con códigos QR para estacionamientos y zonas VIP.
El resultado: una reducción del 40% en los tiempos de espera y un 60% menos de intentos de ingreso no autorizado.
8.2 Supermercados con IA predictiva
En Rancagua, una cadena regional instaló un software de analítica predictiva que detecta comportamientos sospechosos antes de un incidente.
“Nos ha permitido evitar pérdidas sin aumentar el número de guardias”, señala su administrador.
8.3 Tiendas boutique con acceso personalizado
En Providencia, locales de lujo usan reconocimiento facial para identificar a clientes frecuentes.
El sistema no solo mejora la seguridad, sino que también personaliza la atención.
Estos casos demuestran que el control de acceso no es solo un costo, sino una herramienta para mejorar la experiencia del cliente y la eficiencia operativa.
9. Desafíos del futuro: automatización con empatía
La frontera tecnológica avanza rápido.
El reto del retail no está solo en adoptar sistemas más inteligentes, sino en mantener la humanidad en la vigilancia.
El blog Controles de acceso corporativos en Chile: la nueva frontera de la seguridad empresarial enfatiza que el futuro pasa por un modelo híbrido: automatización sin despersonalización.
El cliente debe sentirse seguro, pero también bienvenido.
Un entorno donde la tecnología sea invisible y la seguridad se perciba como hospitalidad.
Conclusión: eficiencia y confianza, el nuevo binomio del retail
El retail chileno ha aprendido que la seguridad y la eficiencia no son opuestos, sino aliados.
El control de acceso, lejos de ser un mecanismo restrictivo, es hoy un orquestador del flujo humano, una herramienta que protege sin interrumpir.
Detrás de cada sensor y cada puerta automática hay un propósito mayor: cuidar la experiencia del cliente y mantener operativas empresas que dependen del movimiento constante.
Chile está avanzando hacia un modelo donde la seguridad no se impone, se integra.
Y en ese camino, el control de acceso seguirá siendo el punto donde la tecnología y la confianza se dan la mano.