La estafa silenciosa que está entrando por la puerta principal
En los últimos meses, administradores de edificios en Santiago, Concepción, Antofagasta y Viña del Mar han reportado un patrón inquietante: personas que se hacen pasar por repartidores de aplicaciones —con credenciales falsas o vestimenta imitada— ingresan a condominios para cometer robos, hurtos o estafas internas.

Este fenómeno, que combina ingeniería social, falta de protocolos y estrategias de suplantación, ha encendido alertas en comunidades donde el flujo diario de repartidores supera fácilmente las 80 o 100 interacciones por jornada.
El problema no es menor: cuando se combina estafa y condominio, la responsabilidad no solo es moral, sino también legal. Y sin un protocolo de accesos claro, administradores y comités se exponen a reclamaciones y sanciones por negligencia.
Cómo operan estos falsos “delivery”
Los reportes recientes muestran una evolución clara del modus operandi. Entre los métodos más frecuentes:
1. Suplantación del repartidor
Personas que visten ropa con logos pirateados de apps o cargan cajas vacías para generar confianza.
El objetivo: lograr que el conserje abra sin verificación.
2. “Entrega urgente” a nombre de un residente inexistente
Cuando el conserje busca el nombre y no lo encuentra, el falso repartidor presiona con frases como:
—“Lo pidió la señora que vive arriba, apúrese que tengo más pedidos”.
Muchos caen ante la presión.
3. Exigir ingresar hasta la puerta del departamento
Con el argumento de que “el protocolo de la app lo exige”, intentan llegar a pisos superiores para robar directamente.
4. Engaños con pagos, reembolsos o códigos QR
Engañan a residentes o conserjes para que escaneen códigos fraudulentos que instalan malware o solicitan “pagos adicionales”.
Este es uno de los métodos que más ha crecido en 2025.
5. Ingresos coordinados
Un supuesto delivery toca el citófono mientras otro delincuente aprovecha que el portón queda abierto.
Es un clásico “colado”, disfrazado de rutina diaria.
Por qué aumenta este tipo de delitos en condominios

Más del 70% de los edificios de altura en la RM registran al menos 50 repartos diarios, según datos internos de administraciones (2025).
Eso significa:
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alto flujo de desconocidos,
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protocolos débiles,
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conserjes sobrecargados,
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decisiones rápidas bajo presión,
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dificultad para verificar identidad.
A este escenario se suma un problema aún mayor: la Ley 21.442 exige trazabilidad de accesos, pero muchos edificios siguen usando libros manuales o autorizaciones verbales.
El resultado:
Donde hay improvisación, la estafa se vuelve más fácil.
Qué dice la ley sobre responsabilidad ante estafas y accesos indebidos
Cuando hablamos de estafa y condominio, la legislación es clara:
1. Ley de Copropiedad 21.442
Establece que la comunidad debe garantizar protocolos mínimos de seguridad y registro.
Si no existen o no se cumplen, el administrador puede enfrentar:
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reclamos ante el MINVU,
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investigaciones por negligencia,
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sanciones administrativas.
2. Código Civil – Responsabilidad por falta de diligencia
Si el conserje permite acceso indebido sin verificar y ocurre un robo, el afectado puede:
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denunciar al administrador por falta de cuidado,
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exigir indemnización a la comunidad,
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o reclamar pago por vía del seguro (si existe y si el siniestro fue “cubierto”).
3. Ley del Consumidor (por servicios contratados)
Si el condominio contrata a una empresa de seguridad, esta puede ser responsable por:
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mala capacitación del personal,
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fallas en el control de accesos,
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incumplimiento de protocolos básicos.
¿Es el conserje responsable legalmente si deja pasar a la persona equivocada?
Depende. La jurisprudencia indica que:
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Si actuó según protocolo, la responsabilidad es del condominio.
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Si actuó fuera del reglamento interno, la comunidad puede iniciar acciones laborales.
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Si hubo negligencia grave, el condominio puede ser considerado responsable civilmente.
El mayor riesgo es no tener un protocolo formal, porque deja al conserje expuesto y al condominio sin defensa legal.
Cómo prevenir estafas por delivery en tu edificio o condominio
Estas son las medidas más efectivas que administraciones profesionales ya implementan:
1. Registro obligatorio y trazado digital
Todo ingreso debe quedar registrado. Sin excepción.
Los libros manuales ya no cumplen estándares legales.
2. Autorización desde la app o sistema del edificio
Nada de “me autorizó verbalmente”.
La trazabilidad es clave para efectos legales.
3. Prohibir que los delivery suban a departamentos
La mayoría de delitos ocurren después del acceso.
La entrega debe ser siempre en el acceso autorizado.
4. Validación real del número de pedido o nombre
No basta con “lo trae para el 804”.
Verificar es responsabilidad del conserje.
5. Uso de cámaras en la zona de entrega
Es una prueba legal en caso de incidente.
6. Capacitación del conserje: identificar señales de alerta
Casos que los conserjes deben detectar:
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insistencia agresiva,
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falta de datos del pedido,
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actitud evasiva,
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códigos QR sospechosos.
Casos reales que evidencian el problema
Caso 1: Estafa en Ñuñoa (enero 2025)
Un falso delivery logró ingresar a un edificio alegando un “pedido urgente”.
En 5 minutos robó tres bicicletas del subterráneo.
Caso 2: Robo en Providencia (marzo 2025)
Dos delincuentes vestidos como repartidores subieron a un piso 7 tras presionar al conserje.
El residente denunció pérdida de joyas y dinero en efectivo.
Caso 3: Estafas QR en Las Condes (diciembre 2024)
Falsos delivery hicieron que residentes escanearan códigos para supuestos recargos.
Robaron claves bancarias y datos personales.
¿Qué puede hacer el administrador para dejar de correr riesgos legales?
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Estandarizar los accesos.
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Capacitar al equipo de conserjería.
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Actualizar el reglamento interno con política de deliveries.
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Implementar sistemas automáticos que eliminen la autorización verbal.
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Integrar cámaras y registro digital obligatorio.
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Comunicar a los residentes con campañas internas claras.
Estas acciones no son opcionales:
Son responsabilidad legal según la Ley de Copropiedad vigente.
Conclusión: las estafas por delivery no son un problema nuevo, pero sí más inteligente
Los delincuentes ya entendieron que los accesos de los condominios están saturados, mal regulados y sin controles estrictos.
Hoy la pregunta no es:
“¿Le puede pasar a mi comunidad?”
sino
“¿Está mi comunidad preparada para evitarlo legal y operativamente?”
Y eso parte por reconocer el vínculo entre estafa y condominio, formalizar protocolos y apoyarse en soluciones profesionales que eliminen el margen de error humano.