Los gastos comunes son algo recurrente cuando se habla de vivir en edificios, condominios o algún sector residencial, tal vez cada mes recibes el cobro, lo pagas sin cuestionarlo y asumes que es solo para la luz del pasillo o la limpieza del ascensor.
Pero te revelaremos cómo los gastos comunes están profundamente conectados con la seguridad de tu comunidad, desde las cámaras que monitorean las entradas hasta los protocolos que se activan en una emergencia, conocerás qué estás financiando realmente y por qué es vital exigir transparencia y eficiencia.
¿Sabías que los gastos comunes también financian tu seguridad?
Aunque pocas veces se menciona directamente, la seguridad es uno de los pilares que sustentan los gastos comunes, no es solo una cuestión de comodidad, es una necesidad para preservar la integridad de los residentes, visitantes y bienes del edificio.
Dentro de los gastos comunes, generalmente se incluyen:
- Guardias de seguridad o conserjes: Personal clave para el control de accesos y vigilancia.
- Sistemas de videovigilancia (CCTV): Instalación, mantenimiento y monitoreo de cámaras.
- Alarmas y sensores: Sistemas que detectan movimientos, incendios o accesos forzados.
- Control de accesos: Torniquetes, lectores biométricos, llaveros magnéticos, entre otros.
- Software de gestión de seguridad: Plataformas que permiten monitorear todo en tiempo real.
Estos elementos son tan importantes como la mantención del ascensor o la limpieza del hall, pero con un impacto directo en tu bienestar.
Cómo se desglosan los gastos comunes vinculados a la protección del edificio
Cada comunidad tiene un reglamento interno y una estructura de gastos distinta, pero la seguridad suele ocupar una parte significativa del presupuesto mensual, en muchos casos, representa entre el 25% y el 40% de los gastos comunes, especialmente en edificios de alta densidad o ubicados en zonas urbanas con mayor exposición a delitos.
Distribución típica de seguridad en los gastos comunes:
- Personal de seguridad o conserjería: Turnos 24/7 pueden representar hasta el 70% del ítem de seguridad.
- Tecnología y monitoreo: Un 15% a 20% destinado a cámaras, alarmas, y software.
- Mantención y reparación: Un 10% que cubre fallas, recambios de equipos y ajustes técnicos.
- Capacitación del personal: Un 1% a 5%, si es que la comunidad invierte en esto (lo cual debería hacer).
En edificios con mayor conciencia preventiva, este desglose está claramente documentado y comunicado a los copropietarios.
¿Cuánto cuesta realmente vivir seguro?
La seguridad tiene un costo, y es importante que los residentes lo conozcan, lo valoren y también lo exijan, porque vivir seguro no significa tener cámaras decorativas o un guardia que duerme en su turno, significa tener un sistema operativo, efectivo y actualizado.
Costos estimativos en Santiago (referencia 2024):
- Guardias o conserjes 24/7: $2.200.000 a $3.500.000 mensuales (incluye rotación de turnos).
- Sistema de CCTV de 8 cámaras: $1.500.000 instalación + $100.000 a $150.000 mensuales de mantención.
- Software de control de accesos: Desde $80.000 mensuales.
- Alarmas y sensores de intrusión: Instalación desde $600.000 + mantenimiento semestral.
Estos valores pueden variar según la comuna, el tamaño del edificio y el proveedor, pero permiten dimensionar por qué la seguridad no es un gasto menor dentro de los gastos comunes.
El rol de la administración en la inversión eficiente en seguridad
No basta con tener presupuest, se necesita criterio y responsabilidad para decidir dónde y cómo invertir en seguridad, aquí es donde la administración del edificio juega un papel clave.
Funciones críticas del administrador:
- Evaluar proveedores certificados y con experiencia comprobada.
- Exigir garantías técnicas de los equipos y soporte postventa.
- Evitar contrataciones por "convenio" sin licitaciones.
- Gestionar auditorías de seguridad anuales.
- Aplicar encuestas o consultas a los residentes sobre percepción de seguridad.
Un administrador proactivo no solo ejecuta pagos, protege a la comunidad con decisiones basadas en datos y necesidades reales.
¿Estás pagando de más o de menos por la seguridad en tu comunidad?
Esta es una pregunta válida y muy poco debatida, hay comunidades que pagan sobreprecios por sistemas obsoletos, y otras que apenas cubren lo mínimo y están expuestas a riesgos graves.
Señales de alerta:
- Guardias sin capacitación en protocolos de emergencia.
- Cámaras que no graban o están mal ubicadas.
- Falta de planes de evacuación o simulacros.
- Contratos sin revisión periódica.
Por el contrario, una comunidad equilibrada se reconoce por la efectividad y continuidad de sus medidas de protección, sin derroche ni negligencia.
Lo que no se ve: mantenimientos críticos incluidos en los gastos comunes
Hay muchos aspectos de la seguridad que pasan desapercibidos, pero que son fundamentales para que todo funcione cuando más se necesita, estos mantenimientos están dentro de los gastos comunes y son tan importantes como las cámaras visibles.
Algunos ejemplos clave:
- Baterías de respaldo de cámaras o alarmas.
- Verificación de cierres magnéticos y sensores de puertas.
- Inspección de extintores y sistemas contra incendios.
- Chequeo del grupo electrógeno para asegurar energía en emergencias.
Un edificio que descuida estos detalles pone en riesgo su seguridad total, la prevención no se ve, pero se nota cuando no está.
¿Cómo se financian los protocolos de emergencia?
Los protocolos de emergencia suelen ser ignorados hasta que son urgentes, prepararse requiere planificación, recursos y una administración comprometida.
¿Qué debe incluir un plan de seguridad financiado por gastos comunes?
- Carteles y señalética de evacuación en todos los pisos.
- Entrenamiento básico a los residentes y conserjes.
- Planos actualizados de zonas de seguridad.
- Manual de procedimientos accesible a todos los copropietarios.
- Simulacros programados y evaluaciones posteriores.
Aunque su implementación no sea costosa, sí requiere presupuesto constante, y esto también proviene de los gastos comunes.
Clave para una comunidad segura y bien informada
Finalmente, de nada sirve un buen plan de seguridad si los residentes no saben lo que se está haciendo ni cuánto están pagando, la transparencia es el primer paso para que haya confianza, participación y mejora continua.
Cómo se logra una gestión transparente:
- Informes mensuales detallados y comprensibles.
- Rendiciones públicas y auditorías abiertas.
- Canales digitales para consulta y revisión de gastos.
- Participación activa del comité de administración.
Una comunidad bien informada es una comunidad más exigente, y por lo tanto, más segura. saber en qué se va cada peso permite tomar mejores decisiones y proteger lo que realmente importa.
¿Quieres mejorar la seguridad de tu comunidad desde los gastos comunes?
Ahora sabes que los gastos comunes no son solo números, son el escudo silencioso que protege tu hogar, pero también requieren vigilancia, criterio y buena gestión para cumplir su propósito.
Al final de esta página encontrarás un formulario de contacto, llénalo si deseas asesoría gratuita para tu comunidad en temas de seguridad, administración eficiente y transparencia en el uso de los gastos comunes.
Invertir en protección no es opcional, es lo que garantiza que tú y tu familia vivan tranquilos.